13 Oct 2025
Hace muchos años, en los años 30, había un hombre llamado Rafael Larco Herrera. Él era un aventurero que amaba volar por los cielos de Perú en su pequeña avioneta. Sin embargo, Rafael no creía en santos ni en cosas religiosas. Pensaba que todo dependía de su habilidad para volar. Un día, mientras Rafael volaba de Lima a Chiclín, su avioneta comenzó a fallar. El motor empezó a hacer un ruido extraño y las luces del panel de control parpadearon. Rafael se asustó mucho. Nunca había estado en una situación tan peligrosa. Cerró los ojos y, sin saber qué más hacer, oró con todo su corazón: —"¡Señor de la Caña, ayúdame! Si me salvas, prometo hacerte una fiesta todos los años." ¡Y pasó algo increíble! El avión dejó de fallar y aterrizó suavemente en el aeropuerto de Chiclín. Rafael estaba muy agradecido y decidió cumplir su promesa. Desde ese día, Rafael organizó una gran fiesta para el Señor de la Caña cada año. Invitaba a todos sus amigos y familiares, y juntos celebraban con música, baile y deliciosos platos típicos. La fiesta se convirtió en una tradición en Chiclín, y la gente venía de todos lados para unirse a la celebración. Rafael se dio cuenta de que, a veces, un poco de fe y la ayuda de alguien especial pueden hacer que las cosas salgan bien. Y así, la leyenda del Señor de la Caña se convirtió en una historia que se cuenta de generación en generación, recordando el milagro que ocurrió en el cielo. Esta leyenda está llena de magia y fe, y nos cuenta cómo nació la fiesta del Señor de la Caña en Chiclín. Las leyendas son una parte esencial de nuestra historia y nos ayudan a recordar nuestra memoria colectiva. Si alguna vez visitas Chiclín, ¡no te pierdas esta celebración llena de alegría y tradición! La fiesta del Señor de la Caña es un evento único que combina fe, cultura y diversión.
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